La fe en Cristo no transforma mi alimento sencillo en suculentos manjares,
pero me lleva a compartir lo poco que tengo con el pobre.La fe en Cristo no convierte mi modesta casa en un palacio de lujo,
pero me ayuda a ser feliz en la vivienda que tengo.La fe en Cristo no rodea mi cabeza con la aureola de un santo,
pero me levanta y me purifica cuando haya tropezado y caído en pecado.La fe en Cristo no me garantiza una vida que dura cien años,
pero me alienta a vivir una vida plena, al servicio del prójimo.La fe en Cristo no me traslada a la morada de los ángeles,
pero lo trae a Cristo a mi corazón.La fe en Cristo no me enorgullece por el hecho de creer en él,
sino me hace humilde para recibir su gracia.La fe en Cristo no me evita la muerte,
pero me da la certeza de la resurrección y la comunidad de los santos.Señor Jesús, te agradezco poder creer en ti.
Mi fe depende de ti desde el comienzo hasta el fin.
Fortalece mi fe, para que pueda dar testimonio de tu amor.
Amén.
Johnson Gnanabaranam
Traducción: Karin Schnell (Argentina).
Fuente: Red Latinoamericana de Liturgia CLAI.