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(A la luz de Juan 3:16ss)

¿Qué nos puede salvar, en un mundo
donde toda salvación parece una utopía?
¿Hay alguna salvación posible
para la humanidad, para la creación, para la vida
en tiempos del “sálvese quien pueda”?

¿Existe algo, más allá del cinismo y de la arrogancia
que nos permita seguir adelante con esperanza,
con una pizca, aunque sea mínima, de ilusión?

Sí, nos salva el creer.

Creer que hay opciones.
Creer que ninguna posverdad
podrá jamás imponerse sobre la verdad
de Aquel amor hecho persona,
que pudo más que todos los odios
y las crueldades y las mentiras
y las confabulaciones y las traiciones
de quienes no aceptan que la Ternura
extienda sus brazos sin exclusiones
para dar vida y darla en sobreabundancia.

Salva creer. Sí, creer.

Creer que en la niebla de nuestras dudas
y en la noche de todas nuestras luchas
hay oportunidades para el encuentro
y para los diálogos que abren la mente
y que despiertan y rejuvenecen el alma.
Creer que hay quien se preocupa de ti y de mí
y de toda la gente buena, que no sucumbe al odio;
que hay quien no le teme ni le huye al abrazo,
a la inclusión, a lo comunitario, a la solidaridad;
que hay quien tiene palabras nuevas y cálidas
que encienden los rescoldos de una fe
a punto de quedarse sin su llama vital.

Sí, creer nos salva.
Porque nos mantiene viva y latiendo
la esperanza.

Gerardo Carlos C. Oberman

Fuente: perfil del autor en Facebook.


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