Skip to main content

Los estudios etnográficos se adaptan desde lo teórico y lo metodológico para analizar las dinámicas socioculturales en torno de las tecnologías de la información y la comunicación y recurren al uso de herramientas digitales. Investigadores y estudiantes de antropología social de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) reflexionaron sobre estos temas en un seminario abierto a la comunidad.

“La universidad nos entrena para ser antropólogas o antropólogos, más que para usar las competencias antropológicas en el trabajo”, afirmó Gabriela Melicchio, una antropóloga que trabaja en una empresa multinacional de tecnología.

“Trato de observar, escuchar, acompañar y buscar alternativas. Muchas veces me encuentro cara a cara con los usuarios y hasta me siento en su lugar para ver lo mismo que ellos. En general, el problema no es con la tecnología sino con la gente”, advirtió esta especialista que está a cargo del soporte técnico a usuarios de la empresa y que se define como una especie de “híbrido”.

Melicchio fue invitada a compartir su experiencia profesional en el seminario “Socio-antropología aplicada: una perspectiva desde lo digital”, organizado por la cátedra vespertina de antropología aplicada de la licenciatura en antropología social de la Unsam y el Centro de Antropología Social del Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES), que se desarrolló en el campus universitario.

“Organizamos este tipo de actividades para demostrar la proyección que tienen las ciencias sociales en el vínculo con la sociedad”, afirmó Andrea Mastrangelo, directora de la cátedra que convocó el encuentro, según informó la agencia TSS.

En esta ocasión convocaron a investigadores provenientes de la sociología y de la antropología que trabajan en la interfaz humano-máquina y en la relación entre las ciencias sociales y las nuevas tecnologías.

“Queríamos debatir en torno a la incorporación de nuevas metodologías en la investigación social, así como repensar la subjetividad de los individuos vinculada con las máquinas”, dijo la especialista.

Además, sostuvo que no tener en cuenta lo digital y las nuevas tecnologías en un estudio social, “hoy sería como dejar afuera el automóvil o los medios de comunicación”.

Su colega Daniel Daza Prado, quien cursa el doctorado en antropología social del IDAES, coincidió: “Tanto el objeto de estudio como el investigador y su campo están atravesados por lo digital y consideramos importante reflexionar sobre cómo influye lo digital en el objeto, el investigador, su metodología y la comunicación de sus resultados”.

Daza Prado participó del encuentro junto con su colega Carolina Di Próspero y ambos se refirieron a los desafíos que plantea lo digital en los estudios etnográficos, tanto en la concepción teórica como metodológica, e incluso como un producto final de investigación.

Además, presentaron sus temas de estudio y compartieron herramientas y recursos que pueden ser útiles para trabajar desde la etnografía digital, como la Asociación Argentina de Humanidades Digitales, el proyecto del Colegio Universitario de Londres denominado «Why we post» y la propuesta de antropología cultural denominada «The art of being human».

“La etnografía es una teoría que permite entender el mundo social desde la mirada de los propios actores. La etnografía de una comunidad de informáticos, por ejemplo, debería contar la forma de ver el mundo que tienen esos informáticos, y para eso el investigador debe aproximarse lo más posible a ser uno de ellos”, explicó el especialista, y aclaró que, a diferencia de la antropología, que puede tener otras miradas mediante el uso de métodos como el comparativo o el cuantitativo, la metodología y la producción de la etnografía tienen una mirada y un lenguaje cercano a los actores que hoy son interpelados por lo digital.

Por eso, el investigador también aclaró que los resultados de un trabajo no necesariamente deben ser presentados en una monografía o ensayo, como usualmente se hace, sino que, por ejemplo, pueden plasmarse en un trabajo multimedia o en un blog, como el que presentaron durante el encuentro los estudiantes Soledad del Río y Facundo Olsson Saizar, del equipo de etnografía digital de la Unsam, dirigido por Silvia Hirsch.

La investigación se basa en un estudio etnográfico en Jáuregui, un pueblo bonaerense entre las ciudades de Luján y Mercedes, para la que desarrollaron un blog en el cual incorporan avances de la investigación y sus resultados, “en un formato digital mucho más cercano a las personas que no son del ámbito académico”, comentó Daza Prado.

Además, lo digital apareció como herramienta en varios aspectos a lo largo del proceso de investigación que implicó, entre otras cosas, abarcar más del 80% de las instituciones de Jáuregui.

“Investigamos la historia del pueblo, tomamos fotografías, hicimos videos, tomamos notas directamente en los celulares, hicimos talleres de formación como el de georreferenciamiento, creamos un repositorio para compartir la información que recolectábamos y llevamos un diario de campo colectivo”, explicaron.

“Los antropólogos tenemos que hacernos más visibles, porque tenemos mucho por hacer, no solo en la academia, sino también en el ámbito privado y en simultáneo”, subrayó Melicchio, y concluyó:

“Necesitamos que la academia salga a la calle y que se den cuenta de que los antropólogos no estudiamos dinosaurios”.


Si te gustó o sirvió algo que publiqué, te ofrezco dos alternativas para agradecer y permitir la continuidad de mi trabajo en Bahía César, haciendo clic sobre ellas:


Introduce tu correo electrónico para suscribirte a Bahía César y recibir avisos de nuevas notas.

 

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: