La fotografía siguiente refleja muy bien el tsunami de afecto y cariño que viví ayer, 30 de julio, en el día de mi cumpleaños, el primero en mis 56 años de vida bajo una pandemia.
Quien me brinda el abrazo con generosidad es Eugenia Frávega, una muy apreciada profesional de las relaciones públicas, quien ayer me saludó con esta foto y un texto retributivo.
La imagen, que fue registrada en una conferencia de prensa (ambos suponemos que yo le deseaba feliz cumpleaños) en la era pre Covid-19, simboliza los deseos de felicidades que parientes, amigos y conocidos me expresaron desde hora temprana, por múltiples canales y vías de comunicación.
Elegí como fotografía inicial unas candelas que registré el 30 de septiembre de 2018 en la catedral de Ejmiatsin (también se escribe Echmiadzín) en Armenia, la patria natal de mis abuelos paternos, como otro símbolo de lo vivido ayer.
Cada saludo fue como una candela de calor humano que me iluminó y ilumina estos tiempos oscuros por la pandemia.
A todos ellos, de mi parte:
PD: Pido disculpas a quienes, al momento de publicar esta nota, aún no respondí sus saludos. Espero hacerlo en las próximas horas.