Apenas el 1% de los más de 11,4 millones de niños y adolescentes que concurren a los niveles inicial, primario y secundario de la Argentina están habilitados para concurrir a clases presenciales.
Según un informe privado, pertenecen a las provincias de Formosa, Chaco, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis, La Pampa, la provincia de Buenos Aires y Jujuy.
El 34% de ellos (aproximadamente 3,9 millones) están habilitados para asistir a actividades de revinculación. Residen en la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal.
En la mayoría de los casos la participación efectiva de los estudiantes de este grupo depende de las posibilidades de cada escuela.
Los datos surgen del “Mapa de la vuelta a las clases presenciales”, elaborado por el programa de educación del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).
Sin posibilidad de ir al aula, 6,5 de cada 10 alumnos
Se trata de una herramienta interactiva que releva las provincias que implementan el regreso a las clases presenciales, los niveles educativos que lo están haciendo, y la población de estudiantes involucrados, y que cumplen con el protocolo definido por el Ministerio de Educación de la Nación.
Según el informe, cuyo resumen me envió el CIPPEC, más de 6,5 de cada 10 niños y adolescentes aún no tiene la posibilidad de concurrir a las escuelas bajo ninguna modalidad.
El dato «muestra la necesidad de que las autoridades educativas nacionales y provinciales planifiquen e implementen el regreso a las clases presenciales, por el alto riesgo de abandono escolar y pérdida de aprendizajes, sobre todo en las poblaciones más vulnerables», advirtió el centro.
Sin clases presenciales obligatorias
El mapa muestra que en ningún caso la presencialidad es obligatoria y todas, salvo La Pampa, Formosa y Jujuy, establecieron el regreso para estudiantes de zonas rurales o de baja densidad poblacional.
San Luis, Santa Fe, Formosa, Chaco y la provincia de Buenos Aires habilitaron el regreso para estudiantes de años diferentes, mientras que el resto optó solo por aquellos que pertenecen a los últimos años de cada nivel.
Con respecto a los aproximadamente 3,9 millones de chicos habilitados para concurrir a actividades de revinculación, un poco más de 3,243 millones pertenecen a la provincia de Buenos Aires y 660 mil a la Capital Federal.
En todos los casos la asistencia de los estudiantes es optativa. En su mayoría, la decisión de la apertura de las escuelas depende de los equipos educativos de cada institución, quienes deben solicitar autorización a la cartera educativa de la jurisdicción.
“La habilitación de estudiantes para actividades de revinculación presencial es buena noticia», dijo Alejandra Cardini, directora del programa de educación del CIPPEC.
Sin embargo, advirtió que «en la mayor parte de los casos depende de las posibilidades de cada escuela que efectivamente puedan asistir».
«Si bien es imprescindible que algunas decisiones organizativas se tomen a nivel de las instituciones, los gobiernos provinciales tienen que garantizar las condiciones para que todas y todos los estudiantes puedan revincularse con sus escuelas presencialmente de forma segura», afirmó Cardini.
«De lo contrario, se corre el riesgo de que solo las escuelas más favorecidas y con mayores recursos retornen a la presencialidad y, por lo tanto, que se profundicen las brechas de desigualdad”, concluyó.
Para el CIPPEC, la planificación del paso de una etapa de educación en aislamiento a una de educación con distancia social es «urgente».
Estrategia para la reapertura de escuelas
Para ello, propuso cinco pilares sobre los cuales construir esta estrategia de reapertura de escuelas:
- Espacios seguros: «Los planes deben comenzar en aquellas áreas donde las circunstancias epidemiológicas lo permitan. Esto supone contemplar la diversidad de escenarios que puedan presentarse en un mismo territorio. Y allí donde la situación lo habilite, la actividad en las escuelas requiere la aplicación de medidas de distanciamiento social y de seguridad y el equipamiento de elementos de higiene».
- Justicia educativa: «Con la presencialidad, el Estado recupera una herramienta clave para mitigar las desigualdades que la pandemia profundiza. En tanto recurso escaso, la presencialidad debe distribuirse con un criterio de justicia que priorice a los estudiantes que más lo necesitan, a quienes han estado desconectados y desprotegidos en tiempos de aislamiento».
- Flexibilidad: «Un plan de reapertura de escuelas debe integrar como componente propio de su planificación los protocolos de intervención ante casos de contagio y cierre de un establecimiento. Tan importante como el protocolo de reapertura de las escuelas, es el de cierre».
- Creatividad: «Para volver a las aulas es necesario ensayar soluciones creativas en relación al uso de los espacios y el tiempo escolar».
- Confianza: «La participación de la comunidad educativa en espacios de diálogo y definición de los planes es necesaria para favorecer la asistencia de los alumnos y el cumplimiento de los protocolos ante eventuales complicaciones».
El mapa forma parte del proyecto “Respuestas educativas» a la Covid-19, que analiza cómo el Gobierno nacional y los gobiernos provinciales desplegaron iniciativas para sostener la continuidad pedagógica una vez declarada la pandemia del coronavirus y el confinamiento social.
Puedes acceder al mapa aquí.