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Cientos de periodistas en Afganistán han huido o se han escondido en las últimas semanas tras la toma del poder de los talibanes. El director de uno de los sindicatos afiliados de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) en Afganistán, que ha trabajado durante más de 20 años con medios de comunicación internacionales como reportero y redactor jefe, habló de los retos a los que se enfrentan él y sus compañeros desde que los talibanes tomaron Kabul el 14 de agosto de 2021, y cómo la censura se ha convertido en la norma y el riesgo de ser detenido, golpeado o asesinado en una realidad cotidiana en Afganistán.

A continuación, la entrevista divulgada por la FIP, una organización que representa a unos 600.000 periodistas en 187 sindicatos y asociaciones en 146 países, al colega cuya identidad no fue divulgada para preservar su seguridad:

-Hace más de un mes que los talibanes tomaron Kabul, lo que llevó a muchos periodistas a escapar o a esconderse. Como periodista y sindicalista, ¿cuáles son los mayores retos a los que te has tenido que enfrentar?

-Como periodista es difícil trabajar con los talibanes porque no respetan los derechos de los periodistas, ven a todos los periodistas como enemigos o que trabajan contra ellos.

Han violado la legislación vigente, no han establecido ninguna política clara, no permiten el acceso a la información e impiden la cobertura informativa cada vez que no desean que se informe sobre un tema.

He trabajado sobre todo con medios de comunicación internacionales, principalmente del Reino Unido y de Estados Unidos, y los talibanes quieren ahora castigar a los periodistas que han trabajado con medios occidentales. Mi vida está en peligro y cada minuto temo que intenten encontrarme, detenerme o matarme.

Como sindicalista, siento que mi vida corre aún más peligro porque he protegido los derechos de los periodistas nacionales e internacionales y de los trabajadores de los medios de comunicación.

Además, he sido crítico con la política de los talibanes y he luchado por la libertad de prensa y de expresión. He estado en primera línea de la protección de los derechos de los periodistas, organizando conferencias de prensa, emitiendo declaraciones de condena contra los talibanes durante los últimos 20 años.

He aprovechado todas las oportunidades para ejercer presión contra ellos. Está claro que tienen todos los registros, archivos de nuestros discursos, declaraciones y citas.

En sus archivos se ha destacado mi papel, lo que ha creado aún más problemas. Por estas razones, he parado mi actividad, he cambiado de ubicación y he mantenido un perfil muy bajo, pero será difícil continuar así en el largo plazo.

-¿A qué tipo de amenazas se enfrentan a diario los periodistas que permanecen en Afganistán?

-Hay dos tipos de amenazas. Los periodistas que dirigen sindicatos y protegen los derechos de otros periodistas, los miembros de comisiones y consejos de los medios de comunicación con los antiguos organismos gubernamentales o los que moderan programas importantes se enfrentan al riesgo de ser secuestrados, detenidos, torturados, desaparecidos o asesinados. Los periodistas que cubren las noticias e incidentes diarios pueden enfrentarse a detenciones, desapariciones, intimidaciones, secuestros, agresiones o lesiones.

-¿Cómo afronta personalmente la situación en su vida cotidiana?

-He perdido toda mi capacidad y mi pasión por el periodismo para enfrentarme al creciente estrés y al miedo a ser secuestrado o asesinado. Soy su objetivo por mis críticas contra ellos.

Mi trabajo sindical, mi profesión y los informes de mi asociación a las organizaciones internacionales de medios de comunicación y de libertad de expresión son conocidos por todos.

-¿Cómo puede describir la situación actual de los medios de comunicación en Afganistán?

Los medios de comunicación en Afganistán se encuentran en una situación crítica. Los propietarios, los directores y los trabajadores de los medios de comunicación han visto cómo se les niegan sus derechos.

Se han interrumpido muchos programas de los medios de comunicación. Las emisoras de radio y televisión tienen que emitir todos los programas con un enfoque religioso. Pero estos programas no interesan a la ciudadanía.

La generación más joven y los niños no tienen nada que ver o escuchar en los medios de comunicación. Los medios de comunicación han perdido todos sus ingresos por publicidad y su apoyo financiero.

Sólo hay un pequeño número de anuncios en los medios y sin publicidad es imposible sobrevivir. Más de 153 medios de comunicación se han hundido en más de 20 provincias. Los resultados de 20 años de proceso democrático y de apoyo internacional se están desmoronando.

-¿Qué cambios ha notado en la cobertura informativa de Afganistán?

-Los cambios se acumulan día tras día. Estamos perdiendo la libertad de prensa. Estamos trabajando bajo una dictadura religiosa en la que tenemos que pedir permiso para informar. En las últimas semanas hemos sido testigos de la detención de periodistas por cubrir manifestaciones, concentraciones y demandas públicas de libertad.

Si los periodistas en Afganistán no respetan las nuevas normas e instrucciones, serán agredidos o detenidos, y algunos incluso desaparecerán. La cobertura de los medios de comunicación internacionales es cada vez más difícil.

-¿Sigue habiendo mujeres periodistas trabajando en los medios de comunicación?

-La mayoría de las mujeres periodistas experimentadas y profesionales han abandonado el país o permanecen en casa y no trabajan. Un pequeño número sigue trabajando para canales de televisión o radio como presentadoras.

Ahora les resulta difícil informar desde el terreno o grabar con cámaras. Varias mujeres periodistas que trabajan en radios provinciales han perdido su trabajo porque la mayoría de las emisoras de radio han colapsado.

-¿Qué tipo de ayuda necesitan ahora mismo de la comunidad de la FIP?

-AIJA y ANJU han estado a la vanguardia de la protección de los periodistas en las últimas dos décadas. Sus dirigentes necesitan protección hasta que la situación se normalice o hasta que, al menos, algún tipo de marco legal se active y los talibanes pongan en marcha mecanismos específicos para proteger a las organizaciones de medios de comunicación y a sus dirigentes. El órgano ejecutivo y la dirección de la AIAJ y la ANJU se enfrentan a graves amenazas si quieren continuar con su trabajo.

Algunos miembros de alto nivel de ambas organizaciones necesitan el apoyo de la FIP y de otras organizaciones para la evacuación, la obtención de visados y el traslado a otros países para permanecer seguros durante algún tiempo.

Los miembros de AIJA y ANJU que están desplazados necesitan apoyo financiero y refugio. En general, ambas organizaciones necesitan el apoyo de la FIP para proteger los derechos de los periodistas en esta situación crítica, tanto en Afganistán como fuera del país.

-Los grupos de medios de comunicación locales que quedan en Afganistán se reunieron con los líderes talibanes el 3 de septiembre para abordar las preocupaciones en torno a la seguridad de los periodistas. ¿Cuál fue el resultado de esta reunión y cómo se tradujo concretamente en la práctica? ¿Piensan organizar más reuniones de este tipo?

No tengo ninguna esperanza de que los talibanes estén realmente interesados en trabajar de verdad con las organizaciones de medios de comunicación y en establecer un mecanismo claro para escuchar nuestras preocupaciones y resolver los problemas.

Ni si quiera tienen una posición conjunta al respecto. No existe una política unificada y consensuada que incluya la libertad de los medios de comunicación y la forma en que éstos deben trabajar.

Mantenemos vínculos con los talibanes para mantener la puerta abierta cuando los periodistas se enfrentan a situaciones de vida o muerte. Sin la existencia de leyes y políticas claras será difícil que las reuniones y las comisiones temporales ofrezcan los derechos y las libertades que queremos.

-¿Alguna otra cuestión específica que quiera mencionar?

-Tenemos un claro problema financiero. Tras la salida de los países miembros de la OTAN, se acabaron todos los fondos y ayudas internacionales. Los periodistas se enfrentan a graves problemas financieros, muchos no cobran, no tenemos acceso a nuestras cuentas bancarias y no contamos con dinero en efectivo.

Incluso si los medios de comunicación tuvieran acceso a su cuenta bancaria, no podrían pagar los salarios porque tienen ingresos limitados y no tienen programas de patrocinio ni ingresos por publicidad. Se necesita un apoyo internacional urgente para ayudar a los medios de comunicación a sobrevivir.

La FIP ha establecido un fondo de solidaridad con Afganistán especial dentro del Fondo de Seguridad para canalizar más apoyo e instar a quienes puedan donar. Todos los fondos recaudados se destinarán directamente a proporcionar apoyo a los colegas afganos. Más información aquí.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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