Skip to main content

Cuidado con quienes creen que creen como debe ser creído.

El creer con el que intento creer es apenas un asomarse tímidamente a la luz para dejar que ella nos vaya guiando en el peregrinaje de la fe.

Es un intento atrevido por seguir las huellas del nazareno.

Es un búsqueda por el sentido siempre novedoso de las palabras evangélicas.

Es dejar que la brisa de la espíritu divina nos envuelva y nos afirme que somos eternos y eternas aprendices.

Cuidado con quienes creen que ya todo lo saben.

Cuidado con el dogmatismo que somete a la fe.

Cuidado con las prisiones fundamentalistas.

Cuidado con quienes han domesticado la gracia y encadenan la misericordia a sus prejuicios.

Cuidado con quienes limitan la vida en abundancia a su modelo moral viciado de hipocresía.

Creer es apenas un intento por comprender todo aquello que nos trasciende y que nos desafía a una fe humilde y agradecida, abierta a las sorpresas del amor inclusivo y solidario de una divinidad que no nos pide permiso para abrazar a quienes desee abrazar.

Cuidado con quienes dicen creer y se escandalizan de esta divinidad que obra sin pedirle autorización a su desnutrida manera de entender el proyecto salvífico que se nos anunciara en Jesús.

Creer es otra cosa. Y todavía estoy aprendiendo…

Gerardo Carlos Oberman

Fuente: perfil del autor en Facebook.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: