A inicios de año, y en especial en la Argentina y otros países del hemisferio sur en enero y febrero, los meses tradicionales de vacaciones, es habitual revisar objetivos, replantear el modo de trabajo y evaluar la planificación de periodos anteriores.
Hay preguntas que pueden incomodar pero que son claves si se quiere tener éxito al momento de trabajar de manera independiente, como «freelancer» o trabajador autónomo.
El rumbo que se toma cuando uno es su propio jefe puede presentarse como algo borroso pero necesario de transitar para tener una meta fija y un crecimiento sostenido.
Para plantear esas metas es importante preguntarse, por ejemplo, cuánto queremos generar de ingreso por año, en qué rubro queremos trabajar dentro de nuestra área profesional y, sobre todo, cuánto tiempo de nuestros días queremos dedicarle al trabajo.
Esto nos ayudará a marcar un propósito realista para gestionar nuestro tiempo y energía en torno a él.
Los objetivos pueden plantearse en tres niveles:
- A corto plazo, que son aquellos que nos ponemos de forma semanal o mensual.
- A mediano plazo, los ligados a la planificación semestral o anual.
- A largo plazo, que están relacionados con nuestros planes de vida.
Desde Workana, una red de trabajo remoto e independiente, me compartieron una serie de consejos que ayudan a diferenciarlos con precisión dado que si bien la planificación de cada uno es independiente, están estrechamente vinculados.
Definir los objetivos a corto plazo
Son los más urgentes, por lo que debemos saber cuándo y cómo ejecutarlos y siempre priorizar su cumplimiento por sobre cualquier otra actividad.
Es nuestra responsabilidad planificar a conciencia, sin plantear objetivos muy altos y sin olvidarnos de dejarnos tiempo para el descanso.
Dos herramientas indispensables: tener una agenda con las fechas de entrega a nuestros clientes, y las de nuestros proveedores; tener a la vista un diagrama de Gantt para agrupar mejor las tareas similares en un mismo día y así ahorrar tiempo valioso.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=HMQEKGHhVxI&w=560&h=315]Delimitar los objetivos a mediano plazo
En una economía «freelance«, son los que nos permiten saber cómo debemos disponer de nuestro capital.
Objetivos sólidos en este nivel nos permiten respondernos interrogantes como los siguientes: ¿en qué equipamiento debo invertir? o ¿qué tipo de formación deseo realizar este año?
De esta manera, cada paso que demos será preciso y no estaremos perdiendo energía en acciones improductivas.
Planificar los objetivos a largo plazo
Si al preguntarnos «¿hacia dónde quiero ir? ¿hacia dónde estoy yendo?», la respuesta no coincide, es importante hacernos dos preguntas más: ¿Cómo hago para llegar hasta ahí? ¿Qué estoy esperando?
Tener objetivos profesionales que estén relacionados con nuestra vida personal nos permitirá aceptar proyectos sobre una base segura, relacionarnos con otros profesionales con un fin determinado y, sobre todo, nos dará la sensación de que estamos yendo hacia un lugar que hemos elegido con confianza.