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Los propósitos de año nuevo, como dejar fumar, comer menos y adelgazar, hacer ejercicio y ver más a la familia y los amigos, son comunes en las semanas de transición entre un año viejo y el que comienza.

¿Por qué a la noche del 31 de diciembre o durante el 1 de enero nos hacemos los mismos propósitos de año nuevo si luego nos cuesta tanto cumplirlos?

Cumplir los propósitos de año nuevo no es fácil. Según un estudio realizado en la Universidad estadounidense de Scranton, el 92% de las personas que se proponen metas en año nuevo fracasa.

Otro informe, elaborado en la Universidad inglesa de Hertfordshire, da una cifra un poco más alta: el 12% de los entrevistados había cumplido sus propósitos de año nuevo al finalizar el mismo año.

La mayoría de las personas renuncia y lo hace muy pronto: una encuesta elaborada en la Universidad californiana de Stanford revela que el 40% de los propósitos de año nuevo se abandona ya en las primeras semanas.

Entonces, ¿por qué seguimos proponiéndonos propósitos de año nuevo si sabemos que muy probablemente no los cumpliremos y nos sentiremos mal por ello? Porque imaginar que lo logramos nos hace sentir mejor y porque nos permite relajarnos en tiempos de excesos, según afirmó Francesc Núñez, doctor en sociología y profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

«Caemos año tras año, y a veces toda la vida, porque al pensarlos ya sentimos placer. Cuando uno fantasea con lo que va a hacer, ya empieza a generar sentimientos positivos», dijo Núñez, citado en un boletín que me envió la UOC.

Núñez también explicó que los propósitos de año nuevo son un deseo que se proyecta en el futuro: «Normalmente, tendemos a aplazar el esfuerzo. Retrasar la fecha en la que queremos empezar a hacer algo nos aporta legitimidad. Hoy puedes fumarte un cigarrillo porque mañana ya lo vas a dejar», concluyó.

Cinco claves para cumplir todos los propósitos de año nuevo

  • Ser realista y no proponer propósitos de año nuevo demasiado ambiciosos es una de las claves para tener éxito, explicó Manuel Armayones, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación en la UOC. No podemos pretender ir a recoger a los niños al colegio si nuestro horario laboral es inamovible, pero quizá sí negociar hacerlo una vez por semana.
  • Concretar objetivos al máximo es fundamental, añadió Alicia Aguilar, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC. Plantearse «dejar de comer pan en las comidas» es mucho más fácil de cumplir que «no comer nunca más hidratos de carbono».
  • Ser graduales. Funciona muy bien programar un calendario de los propósitos de año nuevo, proponiéndonos pequeños retos que, una vez conseguidos, permitan pasar a los siguientes.
  • Hablar y explicar los propósitos de año nuevo El hecho de que nuestros familiares, amigos, compañeros, etc. conozcan nuestras metas aporta sensación de pertenencia, y también aumenta nuestro compromiso. «Además, la presión social que nos espera si no lo conseguimos se convierte en un incentivo para seguir intentándolo», explicó Armayones.
  • Asumir los tropiezos. «Si hay alguna interrupción, no pasa nada. La recaída hay que tenerla prevista», dijo Armayones. «Lo importante es no dejarse llevar por los errores, ser conscientes de ellos y remontarlos. Y tampoco hay que obsesionarse con cumplir los objetivos al cien por cien», agregó Núñez. «Hay que darse por satisfecho con lo poco que consigamos, porque ya hemos conseguido algo positivo», afirmó.

Una estrategia para cada propósito de año nuevo

Dejar de fumar

Probablemente, sea el más repetido de los propósitos de año nuevo. Los expertos recomiendan analizar las condiciones en forma objetiva, ser conscientes de nuestro punto de partida y considerar la posibilidad de acudir a un especialista.

Lo primero es estar convencido de que se puede, explicó Núñez. «Si no crees que lo vas a conseguir, si te estás descalificando antes de comenzar, va a ser muy complicado», advirtió. Recomendó que si uno mismo no puede encontrar este convencimiento, es mejor contactar con un médico, un psicólogo, etc.

«Hay que hacer una valoración de las condiciones objetivas en las que se va a dejar de fumar: el entorno, los años anteriores y el nivel de adicción, y tenerlas muy en cuenta antes de pasar a la tercera fase: la acción», sostuvo.

«Es muy complicado que alguien que lleva fumando toda la vida lo deje el día 2, después del atracón de las fiestas», completó Armayones, quien recomendó plantearse pequeños retos progresivos. «Para dejar de fumar, por ejemplo, un pequeño paso puede ser llamar a la unidad de tabaquismo y acudir a la primera cita», recomendó.

Comer mejor y adelgazar

En primer lugar, hay que replantearse el objetivo. Núñez explicó que «la gente confunde lo que le apetece con lo que quiere». Y aclaró: «A mí me apetecería comer un pastel, pero lo que hay que pensar es que lo que quiero es adelgazar. Si sabes lo que quieres, podrás no dejarte llevar por lo que te apetece».

La clave es plantearse pequeños retos y mucho más realistas que, a su vez, animen a seguir avanzando y perseguir nuevos retos.

«Cuando uno se plantea objetivos, es importante hacerlo de manera positiva y medible, y que sean retos personales y específicos», advirtió Aguilar.

El primer paso es acudir a un profesional para analizar con él nuestras intenciones y objetivos, y valorar qué es lo recomendable, qué podemos conseguir y en cuánto tiempo, aconsejó.

La idea es proponerse «bajar tantos kilos en un semestre» en vez de «adelgazar». «Hay que hacer las cosas poco a poco: levantarse y beber un vaso de agua para empezar, por ejemplo. Esto se hace durante tres días, y al cuarto se empieza a introducir algo de proteína en el desayuno. Este modelo, además de ser más sencillo, da ánimos para seguir avanzando», señaló.

«Una cosa que suele funcionar muy bien es apuntar en una libreta, o en una aplicación del móvil, todo lo que comemos. Así tomamos conciencia de la realidad», recomendó Armayones, en relación con este objetivo, uno de los propósitos de año nuevo más populares.

Hacer ejercicio

Aguilar afirmó que es importante personalizar los objetivos porque «hay que valorar la edad y la forma física». «Existen recomendaciones generales, como las de la OMS» (Organización Mundial de la Salud), explicó, «pero para personalizar estas recomendaciones es importante acudir a un profesional y valorar cada caso de manera específica».

Además, es fundamental no plantearse un objetivo demasiado ambicioso. «No podemos pretender correr treinta minutos si el día anterior no hacíamos nada. ¿Por qué no empezamos con unos cinco minutos? Nos bajamos una parada antes del autobús y andamos un rato», sugirió Armayones.

La pereza suele ser la peor enemiga, advirtió Núñez, y por eso aconsejó no procrastinar. «Ponte a hacerlo, sin pensar. Si empiezo por comprarme una camiseta, luego resulta que no tengo zapatillas… lo voy retrasando y retrasando», apuntó.

Consideró que lo importante es romper la dinámica, adoptar la rutina de hacer ejercicio, uno de los propósitos de año nuevo más populares. «Las sinergias del reposo son las mismas que las de la acción. Cuesta lo mismo empezar a moverse cuando estamos en reposo, que al contrario», observó.

Ver más a la familia

Hay que ser conscientes de cuánto nos importa visitar a nuestros padres o abuelos y darle un valor, dijo Núñez. «Si tenemos claro que tiene un valor alto, entonces hay que invertir el tiempo en ello, sin excusas. Disponemos de 24 horas al día, 24 fichas, la mayoría las tenemos que gastar en comer, en dormir, en trabajar… Son pocas las que nos quedan para libre disposición y hay que elegir en qué las gastamos, a qué damos valor», afirmó.

«Lo primero que yo haría es hablar con la familia y adquirir un compromiso con ellos», apuntó Armayones. «Es importante establecer una agenda. De la misma manera que lo hacemos con los asuntos de trabajo, debemos permitirnos gestionar bien nuestro tiempo de ocio».

El psicólogo recomendó activar recordatorios e incluso establecer un día de visitas. «Hay que planificar y ser realista, porque gestionar el tiempo suele ser complicado. Y, si no lo hacemos bien, aparecen los sentimientos de culpa», recomendó.

También aconsejó tener un plan B para este objetivo, uno de los propósitos de año nuevo más populares: «La primera intención puede ser visitar a mi hermano, pero, si esa semana no puedo, por lo menos tengo que encontrar un hueco para llamarlo», sugirió.


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César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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