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Las noticias falsas («fake news», en inglés) se masificaron gracias a Internet, donde fuentes de todo tipo difunden información y datos carentes de veracidad que se difunden entre usuarios de la Red e incluso medios.

Argentina Cibersegura, asociación civil cuyo objetivo es concientizar a la comunidad sobre el uso seguro de Internet y las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), me compartió tres claves para ganarle al clic de la desinformación y cortar la cadena de noticias falsas.

«Las noticias falsas logran viralizarse con rapidez, ya que tienen el objetivo de generar una respuesta emocional que motiven a las personas a compartir la nota. La mayoría de las veces, utilizando el recurso del impacto, la exageración o hasta el pánico general que hacen tentador difundirlo entre los contactos».

Javier Lombardi, mentor educativo de Argentina Cibersegura.

Chequea las fuentes

¿La noticia está firmada o publicada por un medio confiable? Si bien no siempre las fuentes tienen que ser conocidas, para que puedas asegurarte de que lo que cuentan es real, chequea si citan o nombran de alguna manera a la fuente original. Y si lo hacen, es importante hacer una búsqueda por Internet para corroborarlo.

Leer la noticia completa

Los titulares generan impacto con el fin de sumar visitas y llevan a compartir información sin leer el contenido con tal de difundirlo.

¿Tiene coherencia el texto? ¿Tiene faltas de ortografía? ¿Cuál fue su fecha de publicación? La respuesta a todas estas preguntas puede indicar que la fuente de dicha información no es verídica: si algún dato te parece dudoso se recomienda verificar con otra fuente.

Notificar las noticias falsas

¿Detectaste que una noticia o información es falsa? Avisa a la persona que lo publicó o te lo envió para que no lo siga compartiendo y pueda avisarle a su vez a otros contactos y cortar así la cadena de noticias falsas.

Noticias falsas: ¿por qué creemos en ellas?

Cada nuevo día se publica una enorme cantidad de noticias y contenidos que compiten por captar la atención de la audiencia. La cantidad interminable de información que está disponible en forma instantánea como artículos de noticias, piezas de video, fotos u otros medios en sitios web de noticias, redes sociales, televisión, radio y otras fuentes puede, y suele, ser abrumadora.

Eset, compañía especializada en detección proactiva de amenazas, y que impulsó el nacimiento de Argentina Cibersegura y apoya sus actividades, analizó los problemas para lidiar con la sobrecarga de información que llega desde el mundo digital y para discernir entre lo que es real y ficción y descubrir noticias falsas.

Por ejemplo, en el 2022, gran parte de las noticias se concentró en la invasión de Rusia a Ucrania. Al principio los medios difundieron imágenes satelitales de movimientos del ejército ruso que anticipaban la invasión.

Luego, comenzaron a llegar imágenes desde Ucrania a medida que los ciudadanos se dirigían a las redes sociales para publicar videos y fotos de tanques en las calles y misiles, con destrucción que dejaban a su paso.

Se vio la guerra a través de teléfonos móviles a un nivel de detalle nunca antes visto; y fue apodada la «primera guerra TikTok«.  Plataformas como TikTok, Twitter e Instagram pasaron de mostrar videos de baile a utilizarse para difundir escenas de guerra y llamados para obtener apoyo humanitario.

Tanto Ucrania como Rusia tienen acceso a estas plataformas, lo que derivó en que se convierta en un campo de batalla digital para tratar de influir a millones de personas en todo el mundo con noticias falsas.

Según una investigación del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) publicada en 2018, que analizó las noticias compartidas en Twitter, «la información falsa llega significativamente más lejos, se mueve más rápido, penetra de forma más profunda y su alcance es mayor que la verdad».

Incluso al eliminar los bots y considerar solo las interacciones humanas reales, los resultados fueron sorprendentes hasta el punto que los investigadores concluyeron que las noticias falsas tenían «un 70% más de probabilidades de ser retuiteadas que la verdad”.

El problema subyacente de las noticias falsas puede ser el sesgo cognitivo. Si bien nos permite recordar procesos previamente aprendidos y reconocer situaciones familiares, puede dejarnos susceptibles ante los atajos mentales y puntos ciegos.

Una conversación entre dos personas de ambos lados de la guerra en Ucrania es un ejemplo: ambas partes creen que actúan en forma racional y se acusan mutuamente de ser parciales y de no comprender las complejidades de la realidad.

A partir de este punto, cada uno estará más abierto a leer y escuchar y ver noticias que confirmen su perspectiva, incluso si la noticia es falsa. En línea se presenta una realidad filtrada, construida por un algoritmo que da forma a la circunstancia virtual y alimenta con validación, sean cuales sean las ideas que tenga la persona.

En 2018, cuando Larson escribió sobre difundir información errónea, utilizó un término con el que todos nos familiarizamos recientemente: «super-spreaders» o supercontagiador, al igual que con los virus.

Una imagen que explica cómo los «trolls» en Internet “causan estragos publicando deliberadamente comentarios polémicos e incendiarios”. Pero mientras algunos son solo personas aburridas usando el manto de invisibilidad de Internet, otros se dedican a esta actividad como un trabajo, para inflamar a la opinión pública y perturbar los procesos sociales y políticos.

Dos investigadores de la Universidad inglesa de Oxford descubrieron ejemplos de cómo tanto el gobierno como las empresas privadas administran “tropas cibernéticas organizadas”. Estos batallones de «trolls» y «bots» utilizan las redes sociales para moldear las mentes de las personas y amplificar “voces e ideas marginales al inflar el número de likes, compartidos y retweets”.

Noticias falsas: ¿cómo gestionar el contenido publicado en las plataformas en línea?

Facebook, Twitter, Telegram y YouTube son criticados por su forma de actuar ante noticias falsas y contenido engañoso, con algunos gobiernos que solicitan más responsabilidad e incluso consideran la posibilidad de impulsar la regulación de estos servicios para la difusión de contenido prohibido o noticias falsas e ideas extremistas.

En enero de 2022, los sitios web de verificación de hechos de todo el mundo se dirigieron a YouTube con una carta abierta, para alertar a la plataforma de video más grande del mundo de la necesidad de tomar medidas decisivas, principalmente “proporcionando contextos y ofreciendo rectificaciones”, en lugar de solamente eliminar el contenido de video.

En la carta también se abordaba la necesidad de “actuar contra los reincidentes” y aplicar esos esfuerzos “en idiomas diferentes del inglés”.

Existen las plataformas de verificación de hechos, que investigan y evalúan la calidad de la información incluida en una noticia o en una publicación viral en las redes sociales.

Sin embargo, incluso estos recursos tienen sus propias limitaciones. La mayoría de estos sitios web siguen un indicador tipo barómetro que va desde “falso” a “mayormente falso”, “mayormente verdadero” a “verdadero”. Del mismo modo, la validez de esta investigación también puede ser desacreditada por aquellos que no ven sus ideas confirmadas.

Para André Lameiras, escritor de seguridad de Eset, «la solución estaría en campañas educativas y el diálogo. Y, mientras algunos países tienen buenos resultados en alfabetización digital y educación, otros no. La disparidad es grande, pero todos convergen en el mismo espacio virtual compartido donde no todos quieren dialogar, escuchar o comprometerse realmente».

«No obstante, tenemos un papel que desempeñar cuando se trata de discernir lo real de lo falso, y en el contexto de una guerra, este trabajo individual adquiere una importancia aún mayor», afirmó.

Noticias falsas


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César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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