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«Maradona cede el trono al Messias» es el título de una nota de un servidor que fue publicada el 6 de febrero de 2023 en Religion Unplugged, una organización de noticias sin fines de lucro financiada por The Media Project, una organización de periodistas cristianos que trabajamos en medios seculares. En la versión en inglés, el título fue diferente: «Una mirada desde Argentina: Maradona cede su trono a Messi».

Religion Unplugged es una revista de noticias en línea sobre el tema de la religión en la vida pública y en la vida de las personas. Su pequeño equipo de editores radicado en la ciudad estadounidense de New York recibe notas de periodistas jóvenes y veteranos de todo el mundo.

El 18 de diciembre, en medio de las celebraciones por la tercera Copa del Mundo del fútbol masculino conquistada por la Argentina, el director ejecutivo de The Media Project, mi apreciado colega Paul Glader, me propuso que escribiera una nota sobre este título deportivo y en especial sobre el capitán del equipo argentino, Lionel Messi.

En la semana siguiente envié el artículo en español que fue traducido y publicado en inglés aquí. La versión en español está aquí.

A continuación, una captura de pantalla de la portada de la nota en inglés:

Maradona MessiEn la nota describí y analicé la dimensión religiosa del fútbol y los roles de Diego Maradona y Messi y la relación entre ellos.

Además de incluir videos de YouTube, cité a Diego Murzi, Diego Borinsky y Cora Gamarnik.

Transcribo los primeros párrafos de la nota en su versión en español:

La religión mayoritaria en la Argentina no son las diferentes ramas del cristianismo, sino el fútbol.

Durante el Mundial de Qatar 2022, la mayoría de los 46 millones de habitantes en este país periférico, en el fin del mundo, como dijo el papa Francisco cuando fue electo en 2013, vivimos un tiempo de vía crucis y resurrección futbolística que culminó con la consagración de Lionel Messi como el «Messias» que ocupará para las generaciones más jóvenes el lugar que tiene Diego «D10S» Maradona, capitán del seleccionado que obtuvo la anterior copa del mundo, conquistada en México 1986.
Una relación religiosa con el fútbol

En varios países de América latina existe un vínculo intenso con el fútbol, pero en la Argentina esa relación es mucho más estrecha. Eso lleva a que todo lo que ocurra vinculado al fútbol sea una caja de resonancia en la sociedad muy importante.

Para el sociólogo argentino especializado en deporte Diego Murzi «a los argentinos el fútbol nos pone en un lugar central en el mapa mundial, de privilegio. La Argentina es un país absolutamente periférico en la mayoría de las cosas y el Mundial es el momento en el que los argentinos sienten que se exhibe esa posición central, por lo menos en esa narrativa del fútbol. El que hizo posible eso es sobre todo Maradona. Ya había una historia, pero con Maradona se consolidó y con Messi se extendió. Eso explica el arraigo que tienen los argentinos con la Copa del Mundo».

Murzi agregó: «El fútbol acaba convirtiéndose en el único tema de conversación posible (en la Argentina) durante esta época, a diferencia quizás de lo que pasa en Europa, que los vínculos con las Copas del Mundo, y más con ésta en particular, parece menos cercano para la sociedad en general». (https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20221128-del-psicodrama-al-s%C3%A9ptimo-cielo-la-desmesura-del-hincha-argentino)

El fútbol tiene algo de religión, sin duda. En el estadio o frente a un televisor, los fieles de la pelota rezan, piden perdón y hacen promesas, están dispuestos a realizar sacrificios, proyectan sus ilusiones más íntimas.

En un país tan inestable, económica y socialmente como la Argentina, con casi 47 millones, 100% de inflación anual en 2022 y el 40% de la población bajo la línea de pobreza, cuando aparece una figura mesiánica capaz de cambiar las frustraciones diarias por una alegría se le carga con esa responsabilidad: se le reclama el derecho a no sufrir durante la hora y media que dura un partido de fútbol.

Para llegar a la idolatría se necesita un componente de identificación. Y nadie representó a todo un pueblo mejor que Maradona. Nacido en un barrio marginal del sur del Gran Buenos Aires que solo tenía la pelota para escapar de la pobreza y miseria que le rodeaba, Maradona reflejó en su historia personal una capacidad sobrehumana de sobreponerse a las dificultades, levantarse y recuperar el control de la situación.

Pero también hay algo que conecta a los argentinos mayores de 40 años con Maradona de una manera mucho más profunda: el orgullo herido de un país cuyos soldados murieron en la guerra por las islas Malvinas a manos de los ingleses en 1982.

Cuatro años más tarde, aquella derrota encontraría su venganza en forma de partido de fútbol, el 22 de junio de 1986, en los cuartos de final del Mundial de México, cuando la Argentina e Inglaterra se enfrentaron en el estadio Azteca.

Maradona anotó dos de los goles más famosos del fútbol en ese partido. El primero llegó con una mano que se escapó de la vista del árbitro, como dijo Maradona, por intervención divina. La famosa «Mano de Dios». El segundo gol llegó en una carrera larga de gambetas que es considerado como el mejor gol del siglo XX.

Maradona levantó la Copa del Mundo de México 1986, la última que ganó la Argentina hasta 2022. Fue un final ideal para la historia mítica que pasa de generación en generación. En Qatar en todos los partidos de la Argentina se escuchó el grito en las tribunas: «¡El que no salta es un inglés!»

El fanatismo por Maradona fue tal que se conformó la Iglesia Maradoniana, que, por supuesto, tiene sus propios 10 Mandamientos y Padre Nuestro.

Puedes leer el resto de la nota en inglés en https://religionunplugged.com/news/2023/1/31/a-view-from-argentina-maradona-cedes-his-throne-to-messi. La versión en español está aquí.

Agradezco a Paul, a los integrantes de su equipo de trabajo (Melissa Harrison, Meagan Clark y Clemente Lisi) y a mi amigo y colega Reynaldo Aragón, encargado de The Media Project para América latina, por esta oportunidad para contar desde la Argentina sobre una de mis pasiones: el fútbol.


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César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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